
Fotógrafa de New York, recibió encargo de fotografiar los Estados Unidos de la depresión. Esta imagen es emblemática y la he visto decenas de veces, pero siempre me atrae por la aparente serenidad del rostro de la mujer. Sabemos que es pobre, que está en apuros, pero intuímos que no se rendirá. Ya se la ve pensando en cómo salvar el día de sus pequeños.
Para mí, esta expresión simboliza el poder femenino ante la adversidad, la eficacia por encima de la autocompasión, la acción por encima de la pasividad.
No podemos observar la fisonomía de los pequeños, pero la imaginamos soñolienta y cargada de churretes. Pero esa es otra foto.
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