Joseph Koudelka

Koudelka. Este es el fotógrafo de los gitanos centroeuropeos. Cuando los retrataba, ni fotógrafo ni modelos conocían el fin del siglo XX en los Balcanes. Tampoco sabía cuando retrataba la primavera de Praga que iban a existir primaveras árabes e indignadas. Cuando capturó esta imagen nacía un servidor. Yo no vi aquello, pero he podido ver otras cosas, justo esta semana. Ahora no hay tanques, pero sí ilusión.

Olvidé que escribo en este blog para analizar las fotos. Cómo no intuir la fuerza del tanque, la diagonal de su cañón y el simbolismo del chico con su bandera, el humo que asemeja un halo épico, la masa del fondo, otorgando profundidad. Estos últimos meses hemos podido ver muchas fotos de jóvenes guapos/as con bandera, sobre todo del sur. Pero había otras imágenes:

gente sangrando,
pidiendo paz,
pidiendo pan.

Irving Penn

La fotografía, como nuestros ojos, tiene diferentes usos. A veces es documento, a veces poesía. Puede requerir nuestro compromiso o nuestra sensibilidad a la belleza. Y, a veces, por qué negarlo, es simplemente glamour. Si quieres, busquemos otra palabra, pero vamos a llegar al mismo sitio. Puede ser superficialidad, ¿por qué no?
Yo creo que la superficialidad no es esencialmente negativa. No siempre vamos a tener dispuesto el corazón, o la mente. También tenemos que recibir con la piel.
Para mí, esta es una imagen de piel, aunque si quiero puedo buscarle una explicación moral (el dominio de lo humano sobre lo animal, el tópico de la bella y la bestia...). No estaría sino demorando lo que en realidad es: estilo.

Stuart Franklin

Hay imágenes que son icónicas. Para mí eso significa que van mucho más allá del contexto en que fueron creadas, que son significantes en un alto grado. También tienen como característica que son senzillas, directas, eficaces.

Esta lo es. Significa cosas para quién conoce los hechos y para quién no. Creedme, lo he comprobado. Sólo un apunte más: durante los últimos JJOO en Pekín, la foto fue mostrada a jóvenes chinos por la calle, y ellos no sabían ni donde ni cuando había sido tomada, pero por eso no dejaba de impresionarles. Imaginaos cuando supieron que era de la Plaza de Tiananmen.

Mario di Biasi

El punto de atracción de la foto es obvio. Aunque sólo sea el primer paso: luego están todos esos rostros, todas esas actitudes concentradas en el paso de la mujer.

¿Retrata o no, di Biasi, una Italia nueva (1950) en que la mujer que pisa fuerte sale del cascarón y se torna cada día más independiente? Pues de eso se trata. Ahora bien, esta mujer luego dejo paso a otras que avanzaron mucho más, aunque últimamente parezca que en el país mediterráneo hay ciertas tendencias regresivas.

Cuando nuestro cerebro se centra nada más que en el arte y dibuja el trayecto de las miradas hacia el centro de atención, aparece el punto de fuga renacentista.

(La imagen pertenece al blog Femme, femme, femme.)