divendres, 14 d’octubre del 2011

Justyna Mielnikievicz

Acostumbramos a oír que no hay que rellenar demasiado la imagen, que hay que huir de la sobreabundancia de estímulos. Aun así, permitidme que analicemos la imagen presente.

El recorrido visual no es precisamente breve. Se inicia, por ejemplo, en la chica de la derecha (su mirada perdida, su cabellera, su gorro) y se sigue en diagonal con la de atrás, con la de la derecha que saca la cabeza y mira a la cámara. Llegamos al sujeto más curioso, disfrazado de Spiderman, con postura desenfadada y retadora a la vez. Y justo detrás, el cartel de campaña del político sonriente que contrasta con la seriedad de los viajeros del autobús. Y, cómo no, ese pasajero absorto en la lectura que nos atrae por su disfraz de Santa Klaus.
¿No atrae nuestra mirada, también, el caos ordenado?

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